EFEMÉRIDES DE ABRIL
10 DE ABRIL: Día de la Ciencia y de la Técnica
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Se celebra en conmemoración al nacimiento de Bernardo Houssay.
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Este movimiento ambiental logró la aprobación de leyes que prohíben y regulan la emisión de contaminantes al ambiente, la prohibición de la caza y la pesca de especies en peligro de extinción.
Este movimiento de protección del medio ambiente, que ha logrado grandes éxitos, necesita la participación de todos los gobiernos y de todos los seres humanos que habitan el mundo, para que tomen conciencia de lo que en conjunto se puede hacer para mejorar y conservar el lugar donde vivimos: LA TIERRA.
Este movimiento de protección del medio ambiente, que ha logrado grandes éxitos, necesita la participación de todos los gobiernos y de todos los seres humanos que habitan el mundo, para que tomen conciencia de lo que en conjunto se puede hacer para mejorar y conservar el lugar donde vivimos: LA TIERRA.
En este día todos debemos unirnos para tomar conciencia de que debemos proteger los dones naturales de nuestro planeta.
26 DE ABRIL DE 1986: El accidente de Chernobyl
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Ese día tuvo lugar una catástrofe sin precedentes en la historia de la industrialización. El reactor n°4 de la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, sufrió un grave accidente, con fusión del núcleo, que provocó la liberación de toneladas de material altamente radiactivo a la atmósfera.
Los elementos radiactivos expulsados (entre otros: iodo 131, celsio 137 y 134, estroncio 90 y plutonio 239) crearon masas de aire contaminado: una nube radiactiva. Esta nube, arrastrada por el viento, no sólo afectó a la zona próxima a la central sino que esparció su radioactividad por casi toda Europa. También alcanzó a España, especialmente a Cataluña. Una parte importante de las emisiones de radioactividad (un 25%) se produjo en las 24 horas que siguieron a la explosión que tuvo lugar en el reactor; el resto fue emitido en el transcurso de los 9 días siguientes que duró el intenso incendio que se declaró. En la extinción del fuego y otras tareas de urgencia en los días inmediatos al accidente, intervinieron cerca de 600.000 personas (los llamados "Liquidadores"). Trabajaron sin protección y sin que se controlaran las elevadas dosis de radiación que recibían Con retraso de varios días y en forma ineficaz, se evacuó a las personas que habitaban en una franja de 30 Km. alrededor de la centra: un total de 135.000 personas. El peligro no ha pasado. Aún queda activa una parte del núcleo en el interior de las ruinas del reactor accidentado. Para confinarlo se tuvo que realizar una construcción de acero y hormigón de 50 metros de altura: el sarcófago. Construido apresuradamente, en condiciones muy difíciles, y sin las estructuras necesarias para soportar su carga extra, el sarcófago está en condiciones lamentables y deja escapar radioactividad en forma continuada. Pero este problema es insignificante si lo comparamos con la radioactividad que se liberaría si algunas secciones del sarcófago se derrumbaran.
Algunas lecciones que nos deja Chernóbyl
La catástrofe de Chernóbil ha dejado claro que las consecuencias ecológicas, sanitarias y económicas de un accidente nuclear son muy elevadas, con seguridad incalculables.
El accidente de Chernóbil ha demostrado también que la energía nuclear es una amenaza que no conoce fronteras, ya que la radiactividad liberada a causa del accidente contaminó lugares situados a miles de kilómetros de la central siniestrada. Las autoridades ucranianas reconocen la existencia, de amplias zonas fuera del área de exclusión de 30 Km. alrededor de la central, que están mucho más contaminadas radiactivamente que otras del interior de la misma. Este hecho incuestionable deja en evidencia la inutilidad de los planes de emergencia nuclear y las zonas de exclusión contempladas por estos.
Ningún reactor nuclear es seguro
Los reactores nucleares que funcionan en Occidente tampoco son seguros. El siguiente accidente en gravedad, tras Chernóbil, ocurrió en 1979 en la central de Three Mile Island (Harrisburg, EE.UU), donde también se produjo una fusión del núcleo. En España en 1989 nos libramos por muy poco de una tragedia similar en Tarragona, a causa del accidente acaecido en la central Vandellós 1, que obligó a su cierre definitivo.
Con una planificación energética más racional basada en la eficacia energética y las energías renovables, en muy poco tiempo podrían cerrarse, sin ningún problema, todas las centrales nucleares, evitando así grandes riesgos, la generación de peligrosos residuos radiactivos y la continuación de un negocio altamente ruinoso que sobrevive a costa de la factura de la luz de todos los ciudadanos.
Fuente: Greempeace España.
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